Hace ya mucho tiempo, elaboré un proyecto para armar una fundación denominada eventos sin fronteras (ESF). No era problema el completar formularios, sino que exigían una serie de requisitos, entre ellos tener una cierta cantidad de personas “reales” comprometidas con la ONG; entonces poner nombres porque sí, no era ni es ético; por eso son tan cuestionadas la mayoría de ellas que están como espejismos para derivar fondos; por eso ha quedado en el camino.
El nombre fue ideado tomando como inspiración a Médicos Sin Fronteras (Médecins Sans Frontières, MSF, 1971).
También es bueno recordar que Jack Welch (General Electric) utilizó el término “organización sin fronteras” para eliminar los límites horizontales y verticales, desbaratar las barreras externas entre la empresa, los clientes y proveedores; esto hoy es más que nunca una necesidad en las NPO (non- profit organization, sin fines de lucro).
La idea era, es y será unificar criterios, realizar eventos sin distinción de países trabajando en equipo con fines solidarios, interactuar con otras organizaciones, instituciones y empresas colaborando mutuamente, ser independientes, imparciales y neutrales, sin compromiso político ni económico, promover el cuidado del ambiente, realizar planificaciones para posibles eventualidades, ayudar en proyectos benéficos para ONG’s que necesiten recaudar fondos y por medio de la planificación en la organización de eventos poder contribuir a tal fin.
Sería inteligente y “conveniente” que participen varios países en su conformación, especialmente los que cuentan con más recursos.